Su carita arrugada,
Su voz cansada y triste,
Me hizo reparar en ella,
Agudice mi curiosidad,
En mi alma sentí pena.
Era menudita y frágil.
Invitaba a la ternura.
Vetusta soledad senil,
Vida de entrega y amor
Para nada valorada.
Doliase de su escaso dinero,
Por que nunca trabajó en nada.
No pude más, y pregunte…si pregunte.
No tiene hijos? No es casada?
Soy viuda y una pequeña paga.
Hijos? (Y orgullosa) OH, si nueve,
Por eso nunca trabaje en nada,
Ellos, son muy buenos,
Ya están todos en sus casas,
Y que orgullosa estoy de ellos.
Si no vienen a verme es…
Por que ellos si trabajan,
Sabe usted? y tienen dinero,
Pero yo… yo nunca trabajé en nada.
Por eso,,, yo no puedo tener paga.
Jooo...qué penita.
ResponderEliminarY qué real demasiadas veces, querida María.
Un beso, poetisa guapa!!!