No eran más silenciosos los silencios
Ni más elegantes las palmeras del desierto…
Cuando el alba apunta
entre areniscas dunas,
Dando un toque de majestuoso
al paisaje,
Así eras, para mi
vista y mi alma.
Tus andares suaves
llenos de calma,
Por un secreto felino de la naturaleza,
Tus ojos de mirada impenetrable,
Se fijaban en los míos,
y tú lomo arqueado,
Invitaban a mis manos, deseosas de tocarte,
Percibo tu mirada de pantera acariciarme,
Te fuiste a la eternidad, pero no al olvido
En otra dimensión te hayas. Y eres la dueña,
De mi casa, de mis recuerdos, de mi cariño.
MAYTE